viernes, 19 de diciembre de 2008

Último día en la ciudad que me encandiló, pero esto es solo un hasta luego!

Jueves 19 de Diciembre:

Me despertó directamente el transfer que resultó ser un profe de mi academia, a mí solo me dio clase un día que faltó el nuestro, pero cómo pago yo un transfer y me lleva este con el coche de su tía?

En fin lo importante es que venía a recogerme y yo estaba aun en la cama, de la que me tiré al instante espasmóticamente. Como una bala cerré todo temiendo que la maleta pesara una barbaridad y solo se despertó Alan, que como le preparó un té al prof, al final tuve que esperar yo. De buena mañana rumbo al aeropuerto con 2 inquietudes, 1 la hora exacta de mi vuelo y 2 el peso excesivo de la maleta, que por no cargarla más fui metiendo todo en la de mano y la quechua parecía que iba a explotar.

Finalmente mi maleta pesó 15.0 chica sana, como yo, y del macuto de camping playa que llevaba no me dijeron ni media, el vuelo como en un principio a las 10 así que iba sobradísima de tiempo, lo que me venía perfect para comprar las galletitas tipical scotland que no había cogido antes por falta de espacio, pero todo no puede salir bien y en el aeropuerto que estaba limpio de tiendas no había absolutamente nada, que poco se aprovechan de la gente los escoceses, mira que son buena gente! Así que, pedí mi último hot chocolate, que abrasó mi lengua en el primer trago y casi me provoca una indigestión al ver como los trabajadores del aeropuerto metían cargaban las maletas en el avión y a embarcar…

Vuelo tranquilo como el que más, como siempre en mi sitio preferente bajo una ventanita donde poder disfrutar de buenas vistas y tras dormir un ratín abrí los ojos viendo montañas muy muy nevadas, y mi cabeza pensando: aun no hemos salido de Escocia, no puede ser…luego en nada algo que parecía el delta del Ebro y ya todo relacionado, eran los Pirineos, tontiz! Y un poco más adelante la ciudad de las artes y las ciencias de Valencia y la Albufera todo visto desde una perspectiva privilegiada y de gran altura…muy chuli!

Al llegar mi maleta salió de las primeras pero al salir donde la gente espera a su seres queridos no había nadie, qué bajón! Y es que como conozco demasiado a mi madre me tocó ir a mí con las maletas a buscarla a ella, porque estaba esperándome donde siempre, en la otra terminal, la de toda la vida. Vuelta a Elche sensación extraña donde las haya, el espíritu se queda vacío, y añora Royal Mile.

Pero son buenas fechas para difuminar ese sentimiento de vacío interno y nuevo destino me depara…Rumbo a la capital Londinense! Yupiiiiiiiiiiii!

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